La Comisión Europea ha publicado una encuesta del Eurobarómetro ha recabado la opinión de los ciudadanos de la UE sobre una serie de cuestiones relacionadas con la política energética de la UE. Cuando se les preguntó qué significa para ellos una política energética europea, la mayoría de los encuestados de la UE dieron prioridad a garantizar precios de energía asequibles para los consumidores, y esta cuestión se encuentra entre las tres primeras en 25 Estados miembros.
El 40% de los encuestados (+13 puntos porcentuales desde 2019) responde que una policía energética europea significa «garantizar precios de energía más asequibles para los consumidores».
Al menos tres de cada diez afirman que la política significa invertir en tecnologías energéticas innovadoras (33%, +9 puntos porcentuales) o reducir el consumo de energía en toda Europa (30%, +2 puntos porcentuales).
A nivel nacional, la proporción de encuestados que afirman que, para ellos, la política energética europea significa garantizar precios de energía más asequibles para los consumidores varía considerablemente, desde el 51% en Grecia, el 50% en Lituania, el 22% en Suecia y el 27% en Polonia.
Los encuestados en España (39%), Italia, los Países Bajos y Suecia (38% cada uno) son los más propensos a afirmar que la política energética significa invertir en tecnologías energéticas innovadoras.
En el otro extremo de la escala, el 19% de los encuestados en Letonia, el 21% en Hungría y el 23% en Chequia y Rumanía opinan lo mismo. La reducción del consumo energético en toda Europa es el tema que más mencionan los encuestados en Hungría (43%), Croacia (39%) y Chipre (38%).
Esta es la respuesta menos mencionada por los habitantes de Finlandia, Alemania y Lituania (24% cada uno). Suecia (49%) es el único país donde la coordinación de los países europeos en materia energética es la respuesta más mencionada. Mejorar la infraestructura energética entre los países europeos y entre ellos es la respuesta conjunta más común tanto en los Países Bajos (38%) como en Dinamarca (37%).
Impulsar la neutralidad climática europea es la respuesta más mencionada en Finlandia (39%) y la más mencionada en Dinamarca (37%).
Cuando se les pide que piensen en las áreas en las que la UE ha añadido más valor a los Estados miembros, los europeos mencionan con mayor frecuencia el apoyo a mayores inversiones en energías renovables (35%), la inversión en tecnologías energéticas innovadoras (27%) y la garantía de que los precios de la energía sean lo más asequibles posible (25%).
Además, apoyar más inversiones en energía renovable se encuentra entre las dos primeras respuestas en todos los Estados miembros.
Actitudes hacia el objetivo de neutralidad climática de la UE
Más de ocho de cada diez (81%) ciudadanos están de acuerdo en que la implementación de un objetivo de neutralidad climática contribuirá a la lucha de Europa contra el cambio climático y a la protección del medio ambiente.
Casi la misma cantidad (79%) está de acuerdo en que la implementación de un objetivo de neutralidad climática estimulará nuevos empleos y atraerá inversiones en los sectores de energía limpia o alentará a los ciudadanos, las comunidades y las empresas a participar en la transición hacia la energía limpia.
Un poco más de tres cuartas partes (76%) están de acuerdo en que la neutralidad climática reducirá la dependencia de las importaciones de energía, mientras que el 69% está de acuerdo en que ayudará a reducir las facturas de energía de los hogares y las empresas.
Expectativas sobre el papel de la UE en la coordinación de asuntos energéticos y en el tratamiento de cuestiones energéticas
Una gran mayoría de los encuestados (77%) dice que la Unión Europea debería tener un papel de coordinación más fuerte en cuestiones energéticas.
Más de un tercio (36%) opina que la Unión Europea debería tener acciones más coordinadas e integradas a nivel europeo. Además, el 27% cree que debería haber más coordinación, pero solo en cuestiones energéticas específicas (como las interconexiones entre Estados miembros, cuestiones de seguridad nuclear, etc.). Mientras tanto, más de uno de cada diez (14%) dice que la Unión Europea debería tener un papel de coordinación más fuerte, pero solo cuando lo justifique una crisis.
Casi uno de cada cinco (19%) opina que la Unión Europea no debería tener un papel más fuerte de coordinación en materia energética, incluido un 11% que está de acuerdo en que el nivel actual de coordinación es adecuado. Además, un 8% opina que la Unión Europea no debería tener ningún papel en materia energética.
En cuanto a los resultados nacionales, la mayoría de los encuestados de cada Estado miembro considera que la Unión Europea debería desempeñar un papel más importante de coordinación en materia energética. Esta opinión es más extendida entre los encuestados de Luxemburgo y Malta (88% cada uno), y de Grecia y Suecia (87% cada uno), mientras que los niveles de acuerdo son menores en Chequia (58%), Estonia (61%) y Austria (66%).
La prioridad de la Unión Europea durante los próximos cinco años debería ser ayudar a los consumidores a acceder a precios de energía más asequibles.
Cuando se les da una lista de 13 cuestiones relacionadas con la energía que la UE podría abordar como prioridad durante los próximos cinco años, los europeos se muestran más favorables a ayudar a los consumidores a acceder a precios de energía más asequibles (30%), reducir el consumo de energía en toda Europa (27%), reducir las importaciones de energía europeas y aumentar la independencia energética europea (26%) e invertir en tecnologías energéticas innovadoras (25%). A continuación, hay un apoyo positivo al objetivo de neutralidad climática de la UE (21%), así como a los esfuerzos internacionales para combatir el cambio climático (21%).
Más información Directorate-General for Energy website.