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La Agencia Andaluza de la Energía presenta un plan de desarrollo de edificios de energía positiva

La Agencia Andaluza de la Energía, asociada a la Consejería de industria, energía y Minas de la Junta de Andalucía, ha desarrollado un plan, dentro del marco del proyecto Excess, para que las instituciones públicas locales y regionales europeas diseñen estrategias para impulsar el desarrollo de edificios de energía positiva.

El proyecto Excess es una iniciativa financiada por Horizon 2020 de la UE, que ha reunido a 21 socios para mostrar cómo los edificios de consumo nulo pueden convertirse en edificios de energía limpia.

La Agencia Andaluza de la Energía ha sido la única entidad pública participante en Excess, colaborando con centros de investigación, universidad y empresas de la construcción de los 8 países que han trabajado en este proyecto: Alemania, Austria, Bélgica, Chipre, España, Francia, Finlandia y Grecia.

El plan recoge los retos y las oportunidades para el desarrollo de los edificios de energía positiva a nivel europeo, identificados tras el estudio de 4 proyectos piloto puestos en marcha para conocer la mejor combinación de tecnologías para conseguir que un edificio cumpla los estándares en cuatro climas distintos (España, Bélgica, Finlandia y Austria). Además, el documento incluye los aspectos sociales que acerquen este tipo de edificios a los colectivos más desfavorecidos que no puedan permitirse su alto costo de construcción.

De este modo, los cuatro proyectos piloto que han arrancado de las diferentes ciudades europeas permiten plasmar el aprovechamiento del clima concreto de cada una de ellas para potenciar la generación de energía en los edificios. Así, en España se ha utilizado la Casa Palacio de los Miranda (Valladolid) para convertir este edificio del siglo XVI en un generador de energía positiva por la instalación de paneles fotovoltaicos que suministran electricidad a sus diferentes apartamentos y a dos estaciones de recarga de vehículos. Otro ejemplo es la ciudad de Helsinki (Finlandia) como representante del clima nórdico, en la que han implantado un pozo de 600 metros de profundidad con un sistema de bombas que aprovecha el calor del suelo y el producido por el propio edificio.