La calefacción es uno de los principales gastos de energía doméstica durante estos meses de invierno, llegando a superar de media los 640 euros por hogar. Por ello, la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) ha publicado una recomendación sobre el uso de termostatos y válvulas inteligentes, que ayudan a ajustar la temperatura en cada habitación de forma que se mejore el confort sin malgastar energía.
En este primer trimestre de 2025, se estima que la tarifa regulada TUR aumente un 13% en las viviendas que cuenten con caldera de gas, pudiendo ser esta subida incluso mayor con las tarifas libres, según indican desde la OCU. Es por ello que resulta imprescindible el control del gasto en el hogar.
Los termostatos permiten mantener la temperatura predefinida de forma estable. Para ello, miden la temperatura ambiente y envían ordenes a la caldera para que se encienda o apague hasta que se alcance la temperatura deseada. En invierno, la recomendación es establecer el termostato a 21ºC durante el día, ya que cada grado de más puede aumentar el gasto en un 7%.
Hoy en día, además, los termostatos inteligentes permiten programar y controlar la calefacción través de internet con aplicaciones de móvil y los sistemas de domótica instalados en los hogares (Alexa, Apple HomeKit, Google Home), que automatizan la calefacción en función del comportamiento de los usuarios y sus hábitos de consumo. La OCU calcula que, aunque este tipo de termostatos cueste en torno a 200 euros, la amortización se puede dar en poco tiempo, ya que su uso puede reducir la factura energética entre un 20% y un 40%.
Otra medida que permite la reducción de consumo de energía es la instalación de válvulas termostáticas en los radiadores para que abran o cierren el paso al radiador. Si se trata de calefacción central, como no controlas la caldera, las válvulas termostáticas permiten ajustar tu consumo, pues los repartidores de costes facturan según la temperatura de los radiadores.
